Octubre 2009

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 Presentamos un poema de Pedro Sevilla, inspirado en la visión de un cometa, al que presenta como metáfora, tal vez, de toda una existencia, hermosa, fugaz y dolorosa.

 

 

COMETA

 

He olvidado tu nombre,

pero la roja herida de tu luz,

cada vez más difusa en las noches de marzo,

persiste en mi memoria

como emblema de la hermosura,

que es misteriosa y pasa, igual que tú.

 

Te has acercado tanto a este trozo de cielo

que he subido, en las noches,

a los altos balcones de la casa,

para ver el silencio de tu llama viajera,

tu itinerante luz, gastada y melancólica,

y ahora es todo recuerdo de visión fabulosa,

luto para estos ojos que no han de verte más

y, ya digo, metáfora,

de todo lo que fluye y da dolor.

 

Adiós, cometa errante, extraña joya,

encendida materia.

Mi corazón te sigue con nostalgia,

te salva del olvido de este folio.

 

Dentro de algunos siglos volverás

y no estarán mis ojos, ni los altos balcones,

ni siquiera estos versos.

 

Pero cuánto quisiera que, en las noches,

cuando cruces de nuevo este trozo de cielo,

me pagues con la misma moneda luminosa,

que esta pasión que hoy pongo en la belleza

resurja con tu luz y se repita.

 

¿Te acordarás de mí cuando regreses?

 

 

Pedro Sevilla: Todo es para siempre (antología poética). Sevilla, Renacimiento, 2009. Prólogo y selección de Enrique García-Máiquez.