CADA estación: un simulacro, un fuego
originario, cíclico, que vuelve
a modelar la vida, su carácter.
Nos recuerda que la metamorfosis
de lo mismo gobierna nuestras vidas
y es toda nuestra herencia, lo que queda
y sigue siendo para todos, siempre.
Nustra herencia es el tiempo y sus demonios,
el cielo, el mar, la duda entre las olas.
Carlos Vaquerizo, Fiera Venganza del tiempo, Premio Adonais 2005, Rialp.
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